26 may 2014

Hoy salté al segundo autobús, no quise subir al primero, pues me llevaría más cerca de tí.

Hoy salté al segundo autobús para poder mirar un paisaje más duradero.

Hoy salté al segundo autobús para poder permanecer cómodo, sentado en imperturbable indiferencia.

No quiero ceder mi lugar.

A nadie jamás, por hoy.

Hoy salté al segundo autobús para abandonarte. Por siempre. Por un rato.

Como la última vez.

Como siempre.

23 may 2014

Posición Fetal

Esa postura sagrada e imperturbable en la que pasamos el comienzo de nuestras vidas con nuestro cuerpo recogido en sí mismo flotando apaciblemente y a salvo de cualquier peligro, esperanza o preocupación en el interior del vientre de esa persona que eventualmente llamaríamos "madre", en ese pequeño pero temporalmente acogedor espacio donde nuestra existencia permanecía en construcción y nuestro destino aguardaba pacientemente el momento de nuestra aparición. Una vez afuera del cálido y abstracto refugio que alguna vez nos protegió de la realidad exterior, es nuestro deber aprender a sobrevivir por nuestra propia cuenta, sin importar cuán absurdas o atroces sean las cargas que la vida coloca sobre nuestros hombros somos esclavos de la perseverancia, necesitando sobreponernos a los caprichos del traicionero y mañoso destino, no importa qué tan fuertes o frágiles seamos el destino siempre encontrará la manera de doblegarnos y arrinconarnos dentro de nuestros propios límites, como si fueramos simples factores dentro de algún experimento mórbido y de mal gusto diseñado para entretener a algún pseudo-científico desquiciado cuyo único placer es investigar las ramificaciones del fastidio. Es en esos momentos de extrema y superlativa frustración, cuando agotamos todas las oportunidades que teníamos y cuando la impotencia es lo único seguro de qué aferrarse, despierta en nuestro interior un instinto que nos hace volver a ese momento inmemorable y difuso cuando todo estaba en absoluta paz y flotabamos en medio de la nada, sin estar vivos y sin estar totalmente muertos. Esa gloriosa y apacible neutralidad que tan desesperadamente buscamos cuando estamos vivos, pero que desgraciadamente nunca podremos obtener, a menos claro que volvamos a la inexistencia... Con la espalda encorvada y las piernas flexionadas protegiendo nuestros órganos más vitales, extendemos tímidamente los brazos, hacia delante de nuestro campo visual... como si intentaramos alcanzar lo que nunca tuvimos... es en ese momento cuando por un momento la vida y la muerte se vuelven triviales, aunque sabemos que seguimos aquí no importa, porque mientras estemos acurrucados en nosotros mismos lo único que importa es saber que existimos, independientemente de si dicha existencia tiene o no propósito, nos consolamos con la efímeramente persuasiva y falaz noción de que nos tenemos a nosotros mismos.

15 may 2014

Me dediqué a ser un "pelmazo", sin querer, talvez queriendo... cuando quería, cuando me querían. ¡¿A quién le importa?! Esa es mi verdad. Lo hecho, hecho está. Ruego fervientemente, con todas mis fuerzas que algún día TÚ mi glorioso dragón, mi delicado dragón... hagas algo. Ruego con todas mis fuerzas que ojalá un día te plazca volar bajo, sin rebajarte, mi querido dragón. Ruego que algún día te acerques a mí un instante, con un parpadeo basta. Solo deseo que te acerques y me arranques el corazón del pecho. Te suplico venerable quimera... vacíame de una vez... solo así podré estar contigo. Engulle mi corazón con un suspiro. Para que así pueda yo habitar en tus entrañas, por un rato... Ruego con todas mis fuerzas que algún día TÚ mi amado dragón, decidas retribuirme por mi pecaminosa inocencia. Ruego con todas mis fuerzas que te apiades de mí, dragón de mi querer. Te suplico bendito mal que me hagas arder. Te imploro carísima bestia... Concédele a esta alma en pena la satisfacción de verte por última vez. Otra vez. Mientras regurgitas diez mil soles sobre mí.

14 may 2014

Yo soy...

Yo... no soy Yo y mis circunstancias. Yo soy Yo y mis garabatos, mis ideas tontas, mi música desafinada, y mis historias frías con sabor a ceniza. Yo soy YO y lo que sea que se te ocurra suponer de eso.

1 may 2014

Siempre me han gustado los dragones.

Siempre me fascinaron.

Por razones que no puedo enumerar sin pecar de omisión.

Toda mi vida he admirado su ardiente sencibilidad.

Contemplé a punto de veneración su majestuosa presencia.

Mil y una veces anhelé poder despertar si quiera una de las tantas pasiones que estallan con la pequeña chispa que supone nombrarles.

A pesar de la infatuación que profesaba no fui capaz de corresponder al momento cuando tuve la ocasión de conocer uno.

La tragedia radica en el castigo de mi estupor.

Insulso.

Gangrena monótona.

Sistemática agonía paulatina socava mi alma.

La brasa que noche tras noche lascera mis nervios.

El recuerdo de su esplendor me quema y desquicia.

Solo puedo desear permanecer vivo hasta contemplarle volar nuevamente.

Por última vez.

Antes de arder y ser acogido por los descuidados vientos.