5 abr 2015

Eclipse

Ha pasado tanto tiempo y te he visto en tantas de tus formas, que a veces siento que no te conozco, aunque en el fondo estoy seguro de que eres Tú... 

Sabes bien que tus reencarnaciones me confunden, especialmente cuando repetimos alguna de nuestras vidas pasadas por error. Sabes que no lo sporto, sin embargo siempre encuentras la forma de despistarnos a todos. Te has burlado tantas veces del destino que te has convertido a ti misma en una diosa. Confieso que muero de envidia.

Me tienes confundido, aunque te conozco hace miles de años todo sigue siendo como cuando éramos niños, seguimos igual de fluctuantes que en aquella época, redundantes y predecibles, como cualquier otro ciclo de la naturaleza. Como la historia.

Muchas veces me he preguntado qué se siente poder tocar el cielo, acariciar el sol y hacer el amor con las estrellas a vista de toda la creacion.

Tu pálido resplandor infunde calor y Consuelo a las almas en pena que deambulan sin rumbo como parásitos sobre la piel de la tierra. Y mientras los Astros se burlan de los que estamos aquí, yo existo para señalarte. Recordarte. Ser la evidencia de que existes. 
Como el celoso falo del amado que señala al objeto de su deseo

Es inútil ser una Montaña si yaces paralizado. Postrado.
Adherido al mundo, mientras la áspera lengua del viento me lame llevándose pequeñas partes de mí.

¡Oh Luna!
Ya no juegues con nosotros.
Harás que la creación sea destruida por tus intrigas.

El Océano y las estrellas son tus amantes y concubinas, mientras el sol negligente y estúpido copula contigo pretenciosamente

¡Como si la creación desconociera tus numerosos amoríos!

Tenía tanto miedo de morir que dejé de vivir. Y sin darme cuenta, morí, a pesar de que seguí existiendo.