7 nov 2016

El hombrecito en la casa de muñecas

Jamás he sido exigente.
Jamás tuve un sueño.
Excepto cuando Tú así lo querías.
Inmóvil. Mudo. Inerte.

Vil. Fabricado.
Capricho.
Abominación.

Soy el jueguete del universo.
A merced de mil alimañas y astros.
El calendario es un verdugo que muda de piel. Impredecible. Indiferente.

¿De qué sirve tener manos si jamás han tocado?

¿De qué sirve un cuerpo si no me pertenece?

Soy el juguete del universo.
A merced de mil alimañas y astros.
Es la única vida que conozco.
Inerte. Inútil. Sumiso. Abusado.

Puedo ser lo que quieras, si no estuviera amontonado entre las víctimas de tu pequeño campo de batalla.

No me importa que me uses.
Un rato. Un día. Un año.
No me importa cuando me olvidas.

Después de todo existo para divertirte.
Aunque sea un instante.

¡Luna!
Te aburres con tanta facilidad.
No eres más que otra niña caprichosa.
Y yo tu prisionero en aquella olvidada casa de muñecas.

¿Volveremos a jugar algún día?