24 ene 2014

El día de hoy sucedió como cualquier otro día, fue tan patéticamente inolvidable que lo plasmaré en un pequeño rincón de esta querida cloaca donde con desfachatez cuelgo y exhibo mis desprolijos apuntes residuales. Verás querido lector, el día de hoy desperté desde ayer para garantizar que llegaría impuntualmente a todas mis actividades diarias. Actividades que dicho sea de paso, me motivan a buscar un rincón desde donde pueda contemplar el movimiento de las débiles y chuecas manos del reloj y hacer algo productivo como podría ser, llevar la cuenta de cada segundo que se añade a mi ser. Medir a consciencia el paso de la polilla del tiempo que engulle y carcome lentamente este andrajoso cuerpo que no hace más que servirle de camisa de fuerza a mi alma.