No me interesa cuántos mares surcaste.
Quiero naufragar siguiendo esos faros que sé con plena certeza me desviarán de curso.
La pícara brisa se vuelve a burlar de ti marinero.
Abandona la cubierta.
¿Hasta cuándo rechazarás la hospitalidad de los tiburones?
No hagas esperar a las sirenas.
Cualquier noche es buena para naufragar.