20 ago 2014

Embriaguez Cósmica

¿Alguna vez te ha pasado que bebes tanto que tu paladar es incapaz de percibir gusto alguno? ¿Alguna vez has comido tan vorazmente que tu estómago eventualmente queda vacío de nuevo? Cauterizado e insaciable. Como un agujero negro, desintegrando todo cuanto se acerca para luego absorberlo y hacer aún más grande la nulidad interna. ¿Puede haber acaso algo que se pueda decir ante eso? No es como si tuviera sentido... ¿Sabes? Simplemente lo digo porque creo que es conmovedor, en el más siniestro sentido de la expresión, ¿Sabes porqué? Esa es la condición humana. Es el estado en que nos encontramos. Tú y Yo. Es la gravedad que nos mueve. Que nos hace orbitar. Bailamos como satélites. Colisionamos como asteroides. Las sensaciones brotan como una Supernova. Pero estamos vacíos y acabados. Demasiado llenos de nosotros y de otros. Sentimos todo. Percibimos nada. Y está bien porque, mientras tengamos las entrañas llenas de apetito, podremos saborear cada momento.