28 mar 2014

Hay momentos cuando lo único que nos mantiene vivos es aquello que bastaría para matarnos.

Hay momentos cuando sacar la foto de la muerte del compartimento secreto de nuestra billetera es lo único que nos da fuerza para seguir viviendo.

El resto del tiempo nos dejamos matar de la comodidad, la salud y nos colocamos el nudo corredizo de la confianza para colgar pacíficmente de una cuerda fabricada con las mejores fibras de nuestra propia realización.

Deambulando por la calle sin rumbo.
Sin olvidar hacia donde voy.

Vagando.
En busca de algo que nunca se perdió.

Vagando.
Espero encontrarme pronto.

Vi un perro echado en una esquina.
Durmiendo.
Muriendo tal vez.

Tuve envidia.
Por primera vez.
Pura y rabiosa.

A veces deseo ser más primitivo.

A veces, me gustaría ser feliz.
Como el perro aquel.

Echado en la esquina de la ciudad.

Renuncio.
Renuncio a la vida.
Presente.
Venidera.
Renuncio a todas las vidas que pueda haber.
Me inventaré algo que valga la pena.
Algo que pueda controlar.

22 mar 2014

A veces cuando duermo siento el aliento cálido del infierno susurrando mi nombre.
Y confieso que por momentos se me hace difícil ignorar su llamada.
Confieso que se me hace difícil responder ese llamado.

Silencio Casi Cómodo

A veces no puedo confiar en mis palabras.

Por eso, mi refugio ha sido el silencio.

La música es mi guardaespaldas.

Si tan solo pudiera leer las señales con un poco más de claridad.
Si mis oídos fueran lo bastante agudos para escuchar las palabras ocultas en los susurros del viento...

Si pudiera perderme en un rumbo definido.
Si fuera lo bastante fuerte para no tener que vestir de armadura.

Si estuviera lo bastante cómodo para vivir sin murallas.
Si tuviera pulmones libres para inhalar una profunda bocanada de vida.

20 mar 2014

Soliloquio

Quiero entonarle una serenata al viento.

Una serenata sin inspiración. Sin pasión. 

Quiero cantar una serenata para nadie.

Quiero escribirle cartas al mar, cartas sin destinatario. 

En blanco.

Quiero admirar un espejo que no proyecte reflejo alguno. 

Un espejo que me muestre lo que debo ver. 

Quiero unespejo que dirija mi atención hacia algo real.

13 mar 2014

Pensamientos desordenados mientras esperamos...

Eso de esperar es más que complicado. En realidad, la línea entre la esperanza y la desesperación es tan delgada y difícil de percibir que bien se podría decir sin temor a blasfemar: no existe.  Ambas cosas son una y la misma, pero en etapas diferentes. Un principio similar aplicaría sobre la perseverancia y la renuncia, compañeras inseparables de la esperanza y la desesperación. O más bien, sus esclavas. Verídica herejía es el diario vivir. Que importa. Si bien es cierto, muchas veces el orgullo se opone a la verdad y al esfuerzo valeroso que simbólicamente se representa en un pequeño paso al frente. En tal caso también es válido decir que en tantas otras ocasiones la esperanza y la perseverancia son causas y efecto del masoquismo más incondicional... Incluso si tal afirmación fuera universalmemte cierta, cuando algo en esta vida logra tornarse trascendental sentiremos un instinto salvaje , o más bien la más inquebrantable convicción de luchar con todas nuestras fuerzas por todo aquello que goza de nuestra estima y aprecio. Incluso si es doloroso.

12 mar 2014

Dicen que cuando está bien hecha, la comunicación, al igual que la música, necesita un par de silencios para traer equilibrio a la sinfonía.

Más noticias de Mi Querido Manuscrito y Yo

Escribir un libro no es un proceso sencillo, especialmente cuando creas material suficiente para dos obras distintas, de modo que la regularidad de las publicaciones disminuirá considerablemente para beneficiar el avance de la gran redacción que me ocupa.

Espero en verdad que las publicaciones existentes hasta el momento resulten agradables a los posibles lectores, algún día, en algún lugar. La cloaca se enfriará si nadie la visita. A veces los escritores necesitamos, como humanos que somos, un empujoncito extra para mantener o cambiar el rumbo.

De todos modos yo sé que les deleita lo que hay en mi mente, por ello siempre trato de darles algo que no puedan olvidar. Y aunque no hubiera lectores, los distintos demonios que me poseen están satisfechos con el resultado que su influencia ha tenido sobre mí...

Me retiraré por ahora. No me esperen. Las aguas residuales de mi evacuación mental anunciarán mi presencia... Eventualmente.

Por ahora mi Querido Manuscrito espera el violento frenesí de mis garabatos...

Aunque no los conozca los amo, con amor virgen,

Ouróboros.

7 mar 2014

Los Hermanos que Dividieron el Cielo

Nacimos como hermanos. Crecimos como enemigos.
Han pasado tantas temporadas dentro del horno que lo hemos olvidado todo. Todo menos el vicioso apetito sanguinario que aleja nuestros corazones y acerca nuestras balas mensajeras.

No entendemos cuando comenzó toda esta insensatez. Solo entendemos el temor que causan las colisiones. El falso respeto cobardemente engendrado por el incestuoso y tiránico sadomasoquismo tan irreconciliable con el que blasfemamos la bandera que nos abriga a todos bajo este cielo blanco.

¡Cielo Blanco! ¡Cielo Blanco! A ti rogamos que caigas sobre nosotros.

¡Cielo Blanco! Te rogamos quites de nuestras manos esa herramienta que reune a los enemigos. Esa herramienta que aniquila el amor. Cielo blanco, ten piedad de nuestros hermanos y nuestras almas atormentadas.

¡Cielo blanco! No nos hagas esperar. No permitas que nos acostumbremos al grito recíproco de la batalla.

Hierro comiendo carne. Carne comiendo hierro. Hierro que se embriaga con sangre. Sangre que se embriaga con carne de hombres.

La locura se retiró avergonzada, mientras la bandera se enorgullece de la locura de estos dos hermanos que juegan a ser enemigos. Que juegan a ser reyes olvidando que nacieron gemelos.

Cielo blanco, escucha nuestra suplica. Cielo blanco, te rogamos que el viento susurre en nuestros oídos las viejas historias de los días felices que en nuestra feroz resaca hemos olvidado.

¡Cielo Blanco! ¡Cielo Blanco! Desciende sobre nosotros y eclipsa nuestra locura.

6 mar 2014

Una tonta confesión - Segunda Parte

Dejame decirte una cosa, entre tantas otras.
Dejame decirtelo por una vez. Por ultima vez. Otra vez. Las veces que haga falta.
Soy un elefante de circo encadenado con delicados hilos de inocencia que entorpecen mi libertad. Encadenado con hilos que no pedí. Encadenado con hilos que no puedo romper solo.
Soy como el niño aristócrata al que le prohibieron ser feliz. Contemplando desde la ventana un divertido marco de rayuela que conozco bien, sobre el cual no saltaré si no viene alguien a romper esta estupida ventana.
A pesar de tan vergonzosas metaforas, hay algo que es cierto...
Algo que talvez no pueda decir por discresion mal comprendida o por influencia de algun demonio de orgullo que decidio separarnos para poder conservarme como su juguete... ¿Qué importa? Incluso si esto significara algo para alguien, es un poco tarde. El daño está hecho. Mi gran pecado fue tratar de proteger tu sonrisa. Mi crimen de ahorrar llanto es imperdonable. Aún así, no me arrepiento de nada...

4 mar 2014

Tal vez leerás esto, tal vez no.
Tal vez es absurdo, tal vez no.
Tal vez responda tus preguntas, tal vez no.
Tal vez los dioses mueren, tal vez no.
Tal vez me arrepienta, tal vez no.
Tal vez esto signifique algo, tal vez no.

Iluso...

Soy un iluso de la vida presente, por eso escribo el acontecer diario  incluido en esa obligatoria oferta que llamamos vivir.

Soy un iluso de la vida presente que intenta aprovechar al máximo su aliento en este fluctuante espejismo, ignorando las voces de los ilusos de la vida próxima que malgastan su aliento acumulando méritos negligentes para un sueño decorado que les ha sido apenas contado... de mala gana.

Soy un iluso de la vida presente que sueña más de lo que duerme y maldice con sutileza condescendiente su razón de ser.

Soy un iluso de la vida presente que busca hacerse una huella indeleble pasando desapercibido a sus semejantes.

1 mar 2014

Hoy me levanté no tan temprano y decidí que nada tenía sentido. Decidí que estaba harto. Harto de todo lo que pasa en esta fría e inhumana ciudad de estiércol, agonía, miseria, humo y sudor.

De escuchar esos desaliñados perros que ladran con estridente voz humana.

De leer instrucciones que no proporcionan conocimiento real. Que no aportan solucion a tantos problemas operativos.

De saborear y tragar medicinas que envenan, sin ninguna supervisión.

De transitar calles promiscuamente decentes.

De ignorar de memoria a los turistas permanentes que viven como refugiados en los inmundos callejones.

De compartir mi sangre con extraños desalmados que me visitan cada vez que necesitan olvidar mi rostro.

De la comunicación barata y desechable con la que nos estafamos creyendo que interactuamos, cuando en realidad los únicos que interactúan son nuestros bolsillos con el déspota que feudalizó nuestras palabras.

De esta desteñida y obscena ciudad que ostenta una dignidad que no es suya.

De este día que me hizo ver la verdad por medio de espejismos líquidos.