3 jun 2015

Amiga - Conclusión

Cuando el momento sea propicio, volverás por mí. Algún día. No sé bien cuándo. Solamente lo sé, y temo talvez no llegar a ver ese día en este calendario. Ni en esta historia.

Cuando hayan pasado las suficientes vidas y hayas tomado alguna nueva forma. Cuando nos volvamos a conocer. Por primera vez.

Cuando ya no podamos reconocernos y todo eso que creemos recordar se vuelva un mal sueño.  Abstracto y borroso, como un prolijo espejismo al cual nos aferramos con prejuicio infantil.

Cuando hagamos a un lado los animales de felpa y los juegos.
Cuando yo deje de ser niño y aprenda a hablar.

Cuando las caminatas nos hagan volver a donde queremos ir.
Cuando las tardes se acorten y no tenga que abandonarte.

Cuando las palabras puedan matar el silencio, y los poetas comprendan lo que predican, ella me devolverá el reloj.