27 feb 2014

Soy un turista extraviado en una ciudad conocida, rodeado de caras que nunca había visto.

No conozco a nadie aquí.

Tengo miedo.


Soy un turista que habla un idioma desconocido para los que me rodean.

Nadie me conoce, ni se toma la molestia de hacerlo.

Tan solo soy un maldito turista en una ciudad erigida sobre estiércol industrial, agonía y sudor.

Soy un turista nadie sabe mi nombre.

No hay nadie que sea lo bastante gentil para acostarse conmigo y darme calor en el callejón.

A veces me duele entenderte.
A veces te duele entenderme.
A veces nos dolemos.
A veces nos confundimos.
A veces nos abandonamos.
Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que no nos moleste- y convertirte en el centro de atención -aunque no te vea más- siempre supe que eras objeto de admiración prohibida y encubierta de todos los dioses y estrellas que puede haber. Mis ojos simples y vacíos -mi nauseabunda inocencia incluida- no son dignos de contemplar tu imagen... ni hablar de admirarla.

Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que no nos vigile su mirada indiscreta- y poder tranquilamente buscarte a escondidas en el laberinto de mi alma, donde te perdiste cuando te encontré hace una eternidad en un sereno paisaje urbano. Búscame porque no sabes donde encontrarme. Me cansé de buscarte.
Me cansé de perderte a diario.

Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que su luz no brille más sobre nosotros- y así refrescarnos, de lejos. Como extraños que somos.

Te dejaré apagar de un soplo el sol para que no nos queme vivos mientras morimos de confusión.


Hombre de Poca Niñez

No tiene caso ocultarlo, soy un niño... lo sabes bien.

Soy un niño miserable y desamparado que fue dejado atrás en el jardín de juegos de la vida.

Soy un niño torpe e inseguro que cambió los juguetes por palabras. Me cansé de entretener mis manos y mis sentidos. Ahora entretengo mi imaginación. Delirando. Soñando. Llorando...

Soy un niño cambiante... a veces fuerte... a veces frágil. El clima decide por mí a veces.

Soy un niño sonámbulo que de vez en cuando duerme en un cuarto con goteras.

Soy un niño atrapado en un rostro lleno de astillas, víctima de una voz que no es la mía...