27 feb 2014

Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que no nos moleste- y convertirte en el centro de atención -aunque no te vea más- siempre supe que eras objeto de admiración prohibida y encubierta de todos los dioses y estrellas que puede haber. Mis ojos simples y vacíos -mi nauseabunda inocencia incluida- no son dignos de contemplar tu imagen... ni hablar de admirarla.

Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que no nos vigile su mirada indiscreta- y poder tranquilamente buscarte a escondidas en el laberinto de mi alma, donde te perdiste cuando te encontré hace una eternidad en un sereno paisaje urbano. Búscame porque no sabes donde encontrarme. Me cansé de buscarte.
Me cansé de perderte a diario.

Te dejaré apagar de un soplo el sol -para que su luz no brille más sobre nosotros- y así refrescarnos, de lejos. Como extraños que somos.

Te dejaré apagar de un soplo el sol para que no nos queme vivos mientras morimos de confusión.


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