La pequeña vuelta de lo natural en antinatural, una necesidad congénita tornada en el vicio más vil.
Un detalle pequeño que se convierte en la más infernal y perniciosa de las carencias.
Una refrescante gota de agua que tenazmente pulveriza continentes...
Esa es la anatomía de los versos y la autopsia del autor.
Gloriosa miseria moral con la más sincera de las dedicatorias.