2 feb 2014

He pensado... mucho. Si algún día me preguntaras quien soy, tengo preparadas dos respuestas. Una sencilla, otra complicada. Las escribo a manera de nota, para que al perder la única referencia de mi identidad, olvide el asunto por completo. Si algún día me preguntaras quien soy tengo la opción de ignorar la pregunta y abandonarte. Para siempre. Dejando como única huella y explicación un pergamino en blanco. Esa sería la respuesta sencilla, tómala o déjala... Si algún día me preguntaras quien soy, tengo otra opción. Más complicada. Menos convincente. Contestar a tu pregunta con mis torpes palabras y decir que soy un viajero sin rumbo que ha estado en incontables territorios sin haber ido a ninguna parte. Viajero fugaz que permanece en movimiento pues no logra comprender las extrañas costumbres de ese continental y sobrepoblado país de mil fronteras, innumerables legislaciones y régimen totalitario. El extravagante país llamado Tú. Honestamente espero que ese día nunca llegue, por esa razón me anoto esto. Confío en que nunca encuentres lo que está escrito en este pequeño recorte, a pesar de que está oculto en el lugar más obvio del universo, sé que no lo verás. Sencillamente. Así eres tú. Tienes un ojo muy agudo para ver lo que no está ahí, pero, por suerte para mí, eres incapaz de ver lo evidente. Sin embargo, si por alguna extraña razón llegaras a encontrar esta nota he preparado un plan de contingencia: olvidé indicar el destinario... así no podrás probar que esto es para ti... así podré probar que no deseas lo que hay en mi mente.