Bienvenido. Aférrese de algún trago de su agrado mientras sus ojos indiscretos palpan las indecorosas paredes de este nicho bohemio. Déjese arrastrar por los torrentes e ignore los restos dispersos de sobriedad que flotan aquí o allí. A esta hora las pirañas duermen.
Hoy salté en el primer autobus que vi pasar. Lo hice sabiendo que me llevaría a mi destino. Que me llevaría un poco más cerca del lugar donde nos perdimos. Con eso me basta.
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