26 feb 2014

Malos Hábitos

No quiero acostumbrarme a ti, y tampoco pienso permitir que te acostumbres a mí. Pues ambos somos humanos, de mente inquieta y corazón sangrante, somos seres. Vivientes. Pensantes. Sencibles. Sujetos, ejecutores de verbos y portadores de sustantivos hermosos. Por esa razón no debemos acostumbrarnos. Por esa razón no debemos vivir como objetos. Jamás. Seamos como esa llovizna ocasional y traviesa que refresca la brisa y rejuvenece la tierra. Que el libro de nuestros ojos sea una sorpresa tibia y delicada que conserve vigorosos los músculos de nuestra curiosidad... La costumbre es un mal hábito que le roba sabor  a las personas, a las palabras: a la vida.

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