Estas paredes.
Pálidas y escuetas.
Descuidadas.
Solitarias e impotentes.
Me vigilan celosamente.
No lo soporto.
Hogar por cárcel.
Necesito salir, me da igual a dónde.
Esta habitación es demasiado pequeña para perderse. Todas las ratas y alimañas me conocen.
Mi espíritu busca sus alas.
Libertad. En esta vida.
O cualquier otra.
Un balcón. Una corniza.
Una botella. Una terraza. Un callejón. Una cama. Un arma. Cuando sea. Como sea.
No importa.
Saldré a dar un paseo.
La ciudad está enferma, igual que las paredes de mi habitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario