30 ene 2014

No quiero que me muestres algo que otros hayan visto antes, tampoco quiero saber de tus riquezas. No me interesa recorrer tu impecable galería de espejismos espléndidamente dispuesta, sabes que eso no me impresionará. Jamás. Quiero disfrutar esos garabatos que escondes bajo el retablo del cobertizo que construiste en un rincón olvidado de tu alma. Quiero que me dejes ciego luego de ver lo que se esconde tras el eclipse de tu mirada. Ensordecer con el suave murmullo de tu voz. Quiero ser el juglar peregrino que te visita para traer alegría a las calles grises de tu ciudadela fría y concurrida.

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